Martes 27 de Noviembre de 2012
Se dio inicio el pasado viernes 9 de noviembre a otra temporada más de la NCAA, en donde cinco venezolanos estarán estudiando y jugando baloncesto para la liga amateur de desarrollo más importante del mundo.
En esta columna realizaremos un repaso de lo que deberían ser las expectativas que nos darían los jugadores que participarán en esta campaña.
Gregory Echenique estará como Senior, al disputar su cuarto año de elegibilidad con la universidad de Creighton, en donde será una temporada emotiva al despedirse de su ciclo universitario y competir por llamar la atención de alguna franquicia NBA.
Echenique, que tiene experiencia internacional con nuestra selección y que es un punto a favor en comparación con otros jugadores que esperaran ir al draft de Junio del 2013, trabajó durante el verano en darle más masa muscular a su cuerpo y perder volumen, situación que debería traducirse en combinar potencia y agilidad.
Las expectativas del centro de 22 años y 2.05 de estatura de llegar a la NBA crecerán a medida que el jugador incremente sus números ofensivos, sus 9.7 puntos por juego lucen cortos para un jugador que en la parte defensiva maneja muy bien el juego, tiene un buen promedio de tapones por juego, rebotes y una gran intimidación en el área de la pintura tanto en ataque como en defensa, pero debe mostrar más hambre en la ofensiva.
También los pocos minutos que ve el nativo de Guatire le complica las aspiraciones para ir directo a un draft, Echenique fue el cuarto titular la campaña pasada de su universidad en minutos jugados, al tener un promedio de solo 22 minutos por choque, esa, es una situación que nuestro centro debe mejorar.
Pocas explicaciones para entender que el jugador eje en la defensa de la universidad juegue tan pocos minutos, ¿Acaso el coach Greg McDermott no le gusta jugar con un centro puro? En ocasiones he escuchado que no le da minutos en ciertos juegos porque prefiere dosificarlo, ¿Acaso Echenique no puede aguantar una temporada con muchos minutos?, también he leído que Echenique se mete en problemas de faltas rápido, pero vemos que Gregory tiene un promedio de 2.2 por juego, no muy distante de la estrella e hijo del coach Doug McDermott –un jugadorazo, no se dude de eso- , quien tiene 1.7 y juega mucho más tiempo que el venezolano, debo de confesar que no me cae bien el coach de Creighton.
Que la universidad de Creighton avance lo más lejano posible en la llamada Locura de Marzo, sería muy importante para el centro criollo, no hay mejor vitrina que figurar en un equipo que se colocaría entre los mejores 68 en Estados Unidos.
Venezuela podría tener otro jugador en la NBA para la próxima campaña si Gregory Echenique logra subir su promedio de puntos y minutos, si esa masa muscular lo logra hacer más ágil y rápido de lo que ya es, sea vía draft, liga de verano o D-League, Echenique puede ser el cuarto NBA que haya tenido Venezuela.
El ala pívot Deninson “Denny” Burguillos participará con la universidad de Georgia State, en su año Junior , después de jugar sus dos primeros años de elegibilidad en Junior College con Casper, y tendrá como objetivo mejorar en algunos aspectos del juego.
Burguillos, de 22 años y 2.03 de estatura, que maneja fundamentos en las posiciones de alero bajo, alero fuerte y hasta centro, nos debe dar un año en que pueda pelear la titularidad en su universidad, objetivo que puede lograr el criollo gracias a las mejoras en su juego obtenidas desde su llegada a Estados Unidos.
Georgia State no debería tener mucha presión en liderar su conferencia, objetivo que se marca como difícil al tener en la misma conferencia universidades que tienen a jóvenes con mucho talento, situación que le da al cuerpo técnico del equipo de baloncesto a ser paciente con sus jugadores.
La expectativa que nos puede dar Burguillos es mejorar en sus lanzamientos de larga y mediana distancia, tener más presencia en los rebotes de su equipo y tomar la titularidad en las Panteras de Georgia State, algo que ya sorpresivamente ha logrado el carabobeño, creándose la oportunidad con su juego de ser tomado para los compromisos FIBA de Venezuela.
El primer juego de Burguillos no fue lo esperado, problemas de faltas desde los primeros minuto del juego limitaron su accionar y solo jugó 7 minutos, pero en el segundo juego –hasta el momento de escribir estas letras- el alero fuerte criollo mejoró y llegó a convertir 9 puntos para su casa de estudios.
Algunas personas me han comentado que Anthony Pérez es el mayor talento que ha dado nuestro baloncesto durante el nuevo milenio, decir esto significa que este joven se presenta con mayor talento que jugadores como Greivis Vásquez, Jhornan Zamora, David Cubillan o Gregory Echenique, y eso ya es decir mucho, aunque sus actuaciones aquí con la sub21 de Sucre, o los reportes dados en su paso por la secundaria en Estados Unidos, indica que el atleta tiene un buen futuro en el baloncesto.
Pérez, quien ronda los 2.05 de estatura, es un canastero de corte moderno, de esos jugadores que manejan fundamentos en varias posiciones, que puede crear sus propios tiros, dribling con ambas manos, certero lanzamiento exterior y con corte ofensivo de frente y de espaldas al tablero, tendrá como lugar de estudios la Universidad de Mississippi, en donde su desempeño ha sido visto con buenos ojos por el cuerpo técnico de su universidad.
Jugando en una competitiva conferencia como es la Southeastern, en donde participa la actual campeona de la NCAA como es Kentucky, o Florida y Missouri, todas entre las primeras del 25 del ranking de la mejor liga universitaria de Estados Unidos, y en donde también está la universidad de South Carolina, de Michael Carrera, el joven alero tendría una gran ventana para mostrarse.
Durante la secundaria Pérez mostró talento para jugar como escolta, pero su crecimiento en tamaño le ha dado también oportunidad de jugar más cerca de la pintura en las dos posiciones como ala, siendo lo más probable que el sucrense maneje totalmente las posiciones 3 y 4 y convertirse en un alero como llaman en Estados Unidos, “Wing” o también conocidos como “Swingman”.
Las expectativas con Pérez deben ser grandes, en donde sus compañeros Murphy Holloway, como puesto 3 y Reginald Buckner, como ala pívot, tienen la primera opción como titulares, con un equipo cuyo nomina muestra muchos jugadores exteriores, definiríamos como su año Freshman de adaptación en el baloncesto universitario, sin descartar verlo en mucho juegos abriendo en el cinco titular.
Anthony Pérez, de 19 años recién cumplidos, deberá aprovechar su ciclo universitario en aumentar su masa muscular y aplicarse aun más en defensa, y gracias por su paso en la preselección nacional, esperemos que la concentración entre en el repertorio de aptitudes del joven jugador.
El alero fuerte Juan Rafael Coronado Turkalj, conocido sencillamente como J.R., es de esos jugadores que aportan intensidad sea en el tabloncillo o en el banco, y tiene como casa de estudio la universidad de Liberty, en su año Junior después de pasar sus dos primeros años de elegibilidad en un Junior College.
J.R., de 21 años y 2.03 de estatura, tendrá la oportunidad de convertirse en su primer año en el puesto 4 titular de su universidad, que está cuadrada en la conferencia Big South, una conferencia que no tiene universidades poderosas, pero que tampoco dejó con balance positivo a Liberty la campaña pasada.
Ya con su participación este año en la preselección nacional, Coronado demostró su instinto para el rebote y su intensidad en el juego, y es precisamente el saber leer el balón para el rebote lo que lo llevará a ser el puesto 4 de su universidad, y ya en 4 juegos –al momento de escribir esta columna- Coronado, sin ser titular en las Flamas de Liberty, ocupaba la quinta casilla en la conferencia en el departamento de rebotes con 7.5.
Pero como hemos dicho que el rebote puede llevar a J.R. a la titularidad en Liberty, decimos que la ofensiva es quien lo mantendrá en el cinco titular de la universidad del estado de Virginia.
El jugador neoespartano debe ser más persistente en ataque, ya que solo lanza 16 tiros de dos puntos en 4 desafíos, dándole un promedio de 4 lanzamientos por juego, pocos para alguien que promedia 25 minutos en cancha y que ha tenido juegos de solo dos lances al aro.
Coronado debe tomar esta campaña para trabajar más en su manejo del balón, para poder tener más capacidad de bajar el balón en la zona pintada y atacar el aro driblando, también debe mejorar sus lanzamientos de mediana y larga distancia, de dominar esas facetas, nuestro país tendrá un jugador que poseería herramientas para ser importante en la Selección Nacional y ficha apetecible para los equipos LPB.
Esas serían las expectativas que podríamos darnos con Coronado, un jugador que también puede jugar como centro, aunque sería pequeño para esa posición lo disimula con fuerza física, buena colocación y salto para el rebote.
Después de un espectacular debut, sin duda uno de los mejores para un basketero venezolano en la NCAA, el joven alero Michael Carrera se perdió los siguientes juegos de su universidad de South Carolina, debido a una lesión en la barbilla, que no nos ha permitido ver como será el resto de las actuaciones del jugador en el baloncesto universitario hasta ahora.
Con 17 puntos y 15 rebotes, el joven jugador mostró todo ese potencial del cual hemos podido ver representando a Venezuela en categorías menores, actuación la cual le valió la distinción del mejor novato de la semana en la conferencia Southeastern, y en donde demostró lo que se suponía al involucrarse con South Carolina, el impacto del alero sería de inmediato.
Michael Carrera, de 19 años y 1.98, es un jugador con un espectacular poder de salto y gran intensidad en ambos lados del parquet, jugador que tiene gran concentración en el juego y que sin duda será un gran jugador si las lesiones le respetan.
Las expectativas que podíamos tener con Carrera antes de iniciar la NCAA eran buenas, pero con su debut, las expectativas que puede tener el baloncesto venezolano y sus fanáticos pueden ser sensacionales con un joven que puede jugar de alero fuerte, pero que realmente tiene una altura de alero puro o escolta por el baloncesto moderno.
Carrera durante su etapa de secundaria en Estados Unidos trabajó para manejar fundamentos en las posiciones 2 y 3, para así sumarle a sus herramientas de juego, lanzamiento desde el perímetro, mejor manejo de balón con ambas manos y poder penetrar con balón dominado.
Pero si el primer juego nos puede servir de referencia en el apartado ofensivo y en rebotes del joven jugador, nos puede servir de referencia de que Carrera, deberá trabajar en su etapa de baloncesto universitario, el crear –y acertar- sus tiros del perímetro, para así hacerle un jugador más completo.
Ser un alero que domine las posiciones 3 y 4 debería ser el norte de Michael Carrera, nuestro baloncesto ya tiene varios ala pívots que rozan los 2 metros, y aunque hay casos de grandes puestos 4 en los últimos 20 años en Estados Unidos que destacaron en la NBA como Charles Barkley –woow, Sir Charles- Clarence Wheatherpoon, o últimamente DeJuan Blair, sería interesante que todo el talento que tiene el joven jugador lo ayude ha convertirse en una amenaza ofensiva en distancias más lejanas a la zona de la pintura.
Cabe destacar que para tener 5 jugadores en la NCAA no contamos con ningún piloto o escolta como en otros años, situación que confirma la tendencia de los últimos años de universidades que becan a jugadores extranjeros de más de dos metros preferiblemente, o que se graduarán en Estados Unidos como bachilleres y con dominio del idioma inglés casi a la perfección para optar por una beca en División I, aunque los filtros que ahora tienen las universidades de la NCAA, para jugadores extranjeros es tema para otra columna.
Por Juan M. Escorcia
@escorcia33