Viernes 15 de Marzo de 2013
El gimnasio de baloncesto multimillonario de Carolina del Sur estaba mayormente oscuro y vacío, pero una luz suficientemente brillante del tabloncillo estaba en Michael Carrera para obtener lo que tanto necesitaba.
La noche anterior, el día de los enamorados, Carrera no tuvo una buena actuación en la derrota contra LSU. Sus padres estaban de visita por 10 días desde Venezuela, y esta era la primera vez que su padre Luis Carrera lo ve jugar en los Estados Unidos. Frustrado por su juego, Carrera le dijo a su padre que quería lanzar. Luis jugó profesionalmente en Venezuela, pero nunca empujó a su hijo hacia este deporte. Carrera tenía 12 cuando le pidió a su padre lanzar. Años después, Luis le dijo a Michael que ese pedido lo emocionó tanto que casi lo hizo llorar.
Luis se divorció de la madre de Michael, Katherine Gamboa, pero mantuvo un fuerte lazo con él a través del baloncesto. Como hijo único, Carrera llama a sus padres "mis mejores amigos".
Lanzando en la poca concurrida arena, Luis aconsejó a Michael a cerca de su mentalidad, como siempre, le dijo que se mantuviera enfocado. Carrera dejó el gimnasio sintiéndose mejor. En el siguiente juego de local de USC ante Mississippi, sería el último que los padres de Michael verían antes de retornar a Venezuela, donde ambos son maestros.
"Tengo que ganar este juego por mi familia", dijo Carrera.
Carrera jugo uno de sus mejores partidos esta temporada con 13 puntos y 13 rebotes en la victoria. Después, abrazo a sus padres. Ellos le dijeron lo orgullosos que se sentían.
Carrera terminó como segundo en el equipo de USC con 9.9 puntos por juego y primero con 7.2 rebotes. Terminó con 5 dobles-dobles y logró hacer el equipo de novatos de la conferencia SEC.
Lo logró a pesar de perder un valioso tiempo de práctica en las navidades por unas dolencias en la cintura, lo que limitó su dominio de los esquemas del entrenador Frank Martin. Sin embargo, pudo rebotear constantemente para un jugador de 6-5" y 212 libras, contra jugadores más altos debido a su capacidad atlética.
Durante los juegos suele gritar después de anotar, señalar con el puño, subir las manos para meter a los fanáticos en el juego, tomar las toallas de los recoge balones para secar el piso durante los tiempos muertos, energía valiosa en la cancha "es algo que no puedes obtener de tu entrenador" dijo su compañero Lakeem Jackson.
Carrera lo hizo durante toda la temporada, comenzando en la pretemporada en una práctica donde en busca de un rebote accidentalmente rompió la nariz de Damien Leonard con su codo.
Carrera lo hizo mientras usaba los shorts subidos hasta la cintura en honor a su padre, que jugó con shorts cortos. En Venezuela, cuando Michael tenía 10 años, sus amigos se mofaban de él porque siendo hijo de un profesional no sabía jugar baloncesto.
"Ahora mira donde estoy", Dijo.
Aprendiendo Rápido
Su padre lo enseñó en una cancha de asfalto, con aros torcidos. Luis le mostraba sus movimientos en el poste, pero más importante aun, le pasaba su modo intenso de jugar.
"Mike, cuando tu estas en la cancha, no tienes ningún amigo" Michael recuerda a su padre decir, "Tu no pides disculpas".
Carrera formó parte del Equipo Nacional de Venezuela Sub-15 y brilló en un torneo en Argentina. Un amigo que hace arreglos para que los jugadores venezolanos jueguen en los Estados Unidos habló con Greivis Vásquez, para ese entonces una estrella venezolana en Maryland. Vásquez puso mucho énfasis en sus entrenadores en Montrose Christian School, un programa de baloncesto muy poderoso en Rockville, Maryland.
Los entrenadores de Montrose vieron algunos videos de Carrera, pero principalmente, "creímos en Greivis" dijo el asistente Dan Prete. Cuando Carrera llegó a los 16 años en 2009, el entrenador Stu Vetter inmediatamente notó su potencial rebotero.
"Sabía que era un gran jugador cuando estrechamos las manos" dijo Vetter. "El tiene unas manos enormes. Michael es uno de los reboteros mas naturales que he entrenado".
Pero entrenar a Carrera fue difícil al principio, debido a que él no sabía nada de inglés. Aprendió a través de Rosetta Stone y vivió en una residencia supervisada por adultos con algunos compañeros, incluyendo jugadores de USA y un chico japonés con el que Carrera se comunicaba mediante señas.
En parte debido a su enfoque académico, Carrera vivió con la familia Petre su último año. Mientras Carrera ayudaba a uno de los hijos de Petre con sus tareas de español, los niños le correspondían con consejos con su inglés.
Petre se convirtió en una segunda familia. Carrera adoraba esquiar y jugar monopolio con los Petres. Ellos lo ayudaban a comprar ropa y aprendieron que por su físico le resultaba difícil, dado su alcance de brazos de 7 pies era casi imposible conseguirle camisas manga larga.
En la cancha era una ventaja. Cuando Montrose derrotó a su rival Oak Hill Academy en doble tiempo extra para ganar el Torneo Nacional Invitacional en 2011, Carrera tuvo 20 puntos y 13 rebotes.
"El era simplemente un animal", dijo su compañero en Montrose, Justin Anderson, quien juega ahora en Virginia. "Iba corriendo la cancha de arriba a abajo con su lengua afuera, mostrándole al equipo contrario que no iba a retroceder".
Después del juego, Carrera tomó una bandera de Venezuela que sus amigos llevaron y corrió a través del gimnasio con ella.
"Siempre juego duro para ellos"
Poco después que Carrera empezara a jugar baloncesto, su padre le dijo que quería enviarlo a Estados Unidos a perseguir grandes cosas. Durante años, el sonido de fondo de los juegos en su juventud fueron los ánimos que su padre le daba desde la banca, silbando fuertemente con los dedos en su boca.
Carrera siempre se preguntaba a cerca de la vida en otras tierras y pensaba "¿Cómo voy a hacer"?
"Fueron momentos duros al principio, porque siempre estaba llorando y extrañaba a mi mamá y mi papá" dijo.
No faltó mucho para que su personalidad emergiera, sus entrenadores en Montrose le enseñaron acerca de "controlar algo de esa pasión, porque a veces puede dejarse llevar por ella" dijo Prete. “Tu no quieres controlarla demasiado porque es lo que lo hace bueno".
Su próximo paso en USC: desarrollar su lanzamiento, porque "él no va a tener mucho éxito siendo un jugador interno a nivel universitario, cuando tenga que enfrentar a jugadores de 6-10 constantemente" dijo su coach Frank Martin.
Pero el progreso de Carrera hasta la fecha es impresionante, y él esperaba mostrarlo el mes pasado frente a sus padres. Ellos no lo han visto desde su graduación en Montrose. La primera noche en Columbia, Carrera se quedó con ellos en una habitación del hotel. Ellos le contaron acerca de sus amigos en casa y le trajeron unos chocolates venezolanos que tanto le gustan.
El podría llegar a abrazar a sus padres nuevamente este verano, si llega a jugar para su equipo nacional. Pero él todavía siente como los vio el mes pasado y está determinado a hacerlos sentirse orgullosos de él.
"Voy a seguir haciéndolo por ellos, yo siempre juego duro para ellos". dijo. "Siempre he tenido algo en mi mente de que la pelota es mi familia y siento que nadie puede quitármela. Esa es mi familia y yo amo a mi familia. Creo que es por eso que tomó tantos rebotes".
Artículo Original
Por Rafael Carrillo
@Rafa_carrillo
Excelente reportaje RafaelC y muy cierto Carrera si logra pasar al puesto 3 con un tiro de larga eficiente sera un gran gran jugador
ResponderEliminarsaludos
FrankBas
lastima q ya dijo q tampoco podra estar con la seleccion este año este muchacho, ego alto ?
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